domingo, 27 de mayo de 2018

Prueba confirmatoria de Cirrosis Hepatica

Muchas pruebas bioquímicas hepáticas y del desempeño excretor del hígado forman parte del hepatograma (prueba del funcionamiento hepático).No obstante, en lugar de evaluar la función hepática, varias de estas pruebas miden enzimas hepáticas liberadas a la circulación sanguínea (p. ej., liberación de aminotransferasas de las células hepáticas lesionadas o de fosfatasa alcalina en pacientes con colestasis). Sólo algunas pruebas evalúan realmente la función hepática a través del análisis de la excreción hepatobiliar (p. ej., bilirrubina) o de la capacidad sintética del hígado,p. ej., tiempo de protrombina (TP), en general informado como índice internacional normalizado (IIN), albúmina. Las pruebas de laboratorio más útiles para identificar trastornos hepáticos son las aminotransferasas séricas (componente del hapatograma solicitado con mayor frecuencia), la bilirrubina y la fosfatasa alcalina. 
Algunas pruebas de laboratorio permiten confirmar el diagnóstico, como por ejemplo:

·         Anticuerpo IgM contra el virus de la hepatitis A (anti-HAV) para la hepatitis A aguda
·         Antígeno de superficie para la hepatitis B (HBsAg) para la hepatitis B
·         Anticuerpo contra el virus de la hepatitis C (anti-HCV) y HCV-RNA de la hepatitis C
·         Anticuerpo antimitocondrial en la cirrosis biliar primaria
·         Concentración sérica de ceruloplasmina (reducida) y concentración urinaria de cobre (elevada) en la enfermedad de Wilson
·         Concentración sérica de α1-antitripsina en la deficiencia de α1-antitripsina 
·         α-Fetoproteína en el carcinoma hepatocelular

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